jueves, 30 de septiembre de 2010

Poema: "SALUDO LONCCO"

SALUDO LONCCO

Desde un bello rincón arequipeño,
he veni'u invita'u por la curiosidad
para saludarte Blanca Ciudad
en vísperas de tu cumpleaños.
Mi sombrero gasta'u y terno de paño
lo he ccapicha'u en mi vieja barrica;
como soy Loncco que no se achica,
engomina'u y con mi mejor traje,
he veni'u a rendirte mi homenaje;
a tirar prosa en tu día, Arequipa.

Ensillé mi mejor caballo de paso
al primer repique de la campana,
un ccachi de tosta'u de mi ancana;
mi quipo lleno pa' gozar a todo lazo
y la guitarra pa' empeñarla por un caso;
aunque no haya entrada de ccapo,
tomaré diana con el mejor huacto;
estaré en la "joroba", "jorobita" y "jorobete",
y, si puedo aguantar, en el "andá y volvete";
porque soy un Loncco Arequipeño nato.

También te he traido una ceronada
de mis más mejores "lonccos versos",
guardarlos en mis arqueados tercios;
desgranados con mi modesta tonada,
dedicártelos quiero a ti, tierra amada;
tomar con nuestro Misti caballero
la chicha con el Tuturuto pendenciero;
cantar con Melgar y los Cerpa y Llosa,
una flor de texao pa' la chica más hermosa,
y, para ustedes, el corazón de este Loncco Chacarero.

Félix García Salas: Un poeta arequipeño verdaderamente "loncco"



Don Félix García y su perro guardián - 2005
Mis plateadas sienes, quemadas por las ideas del rescoldo, que arde en mi cerebro, por los versos que guarda; inspirado en las vivencias de mis antepasados, en  el “qquetinbeo” de una vida, donde rebalsaban los sentimientos y los afectos, morir con ellos sería una egolatría, un pecado mortal a la memoria de mis progenitores, de los que heredé sabias enseñanzas, respeto a la vida y el arte; como artista loncco, ofrezco lo mejor que puedo hacer en poesía: el auténtico modo de hablar del Loncco Arequipeño. Por eso, que he escrito este libro como un legado para las futuras generaciones de Arequipa, mis sencillos versos, son la realidad de las costumbres del  hombre que trabaja el campo. Pero antes, pido perdón a la Literatura, por faltar algunas de sus reglas gramaticales; mis versos no se hicieron en una  carpeta, si no “dobla'u” en el campo, acariciando los surcos, o boliando las semillas; creo que, así como las aves en sus cantos tienen compás y armonía, los humanos, que no somos muy preparados, también podemos tratar de hacer con perfección nuestras trovas. El Loncco es el hombre arequipeño que domina el campo, y la Poesía Loncca su manifestación literaria, con palabras oriundas, que no son ni quechua ni español, son arequipeñas, que matizan el buen Castellano, con un dejo algo perezoso, que se encuentra “ensurainado” entre nuestros cerros y volcanes, del que no se escapa ni el más pulcro de sus habitantes; es la marca que nos identifica: ser naturales de esta tierra prodigiosa; es por eso, que como legítimo loncco, por ser hijo y nieto de lonccos, he querido poner un grano de arena en el folklore de mi pueblo, dando a conocer el arte del cual nadie quiere hablar, sólo los verdaderos arequipeños que se sienten muy orgullosos de tener su Yaraví y su Poesía Loncca. Creo que por primera vez se escribe un Diccionario Loncco, para que los niños, que deben leerlo por cultura, comprendan la poesía y sepan que Arequipa tiene un dialecto muy singular, que debe quedar en sus mentes, como un recuerdo de la forma cómo hablaron nuestros antepasados y, actualmente, hablan los verdaderos arequipeños en sus pueblos tradicionales. Es por eso, que entrego a mi Arequipa esta inspiración auténticamente loncca, sin palabras, ni técnicas rebuscadas; la proliferación de nuestros sentimientos lonccos por muchas personas sin autoridad, es una burla, una mofa a nuestro modo de hablar; para escribir una realidad hay que vivirla. Mi deseo es que al leer este recuerdo, salgan muchos trovadores legítimamente campesinos que escriban y lean con respeto la Poesía Loncca, en homenaje a nuestra bella Arequipa.
            Arequipa, enero l996
â Félix M. García Salas